sábado, 3 de marzo de 2012

1
No soy de esas personas que cruzan con facilidad el océano. Igualmente la posibilidad de tomar un avión y saltar de América hasta Europa no deja de excitarme pero mi dinero es más que escaso, diría nulo a este deseo. Y en estas condiciones me las arreglo. Por suerte aún no hay que tener, ganar billete para poder desear aunque sí probablemente para saber sobre el desear.
2
Ayer por la tarde el clima estaba pegajoso, hacía calor como para empollar uno, dos, tres y más huevos pero semejante calor dentro del aire no impidió que desaparezca el contacto entre dos cuerpos, de dos cuerpos que se desean.
También triunfó la ingesta de mate amargo y bien caliente sobre las altas y feroces temperaturas.
3
Iba yo en el asiento trasero de un automóvil, adelante, volante en mano, un señor llamado P, su acompañante una señora llamada CH, ocurrió que CH guiaba a P, dictaba el camino para devolverme a mi casa, en esto, noto que CH estaba algo perdida, P manejaba ya con un tantillo de alteración, yo iba callado observando la escena y al exterior de mi ventanilla, mas bien iba dejando que el acuerdo entre CH y P de ser guía y guiado ,respectivamente, se cumpla, cuando P me mira por el espejito retrovisor y me grita “por dios podés imponerte” “ y decirle(me) a dónde tenemos que ir”. Supongo que P no tomó en cuenta que callarse también puede significar imposición, pero para qué decirlo e imponerme, junté ánimo y así guié a CH y
llegamos.
4
Me voy a comprar un reloj grandísimo para que las agujas que marcan las horas tarden más en llegar a dar la vuelta entera. Ambición: el tiempo.
5
Sí, la gota de lluvia que está ahora mismo en el vidrio del colectivo, alcanza.
6
Fidel Castra.
7
En la mañana soy más yo?

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