lunes, 9 de abril de 2012


Luis vive en una casa
lejos del centro
cerca del río
de algún pueblo remoto,
perdido, hermoso.
Su caballo
es como su bicicleta 
lo anda por la mañana
se despierta tipo ocho,
y explora campos
calles con tierra,
rutas desérticas.
Saluda en silencio
con la cabeza.
Lo veo entrar
por un sendero
que desemboca
en el río Salado,
observa el caudal
crecido de golpe,
no se pregunta
el por qué.
Nunca se pregunta
el por qué.
Avanza por el lateral
ahora su vista
se dirige hacia
los pescadores
agrupados en la orilla
que no necesitan más que
hacer silencio y matar
hacer silencio y matar.
Alguien lo llama
por su nombre: luis! luis!
la tormenta! atrás!
viene! todo negro!
él no escucha,
pasan ligero las palabras
arrastradas por el viento.

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